Podría decirse de los blancos de hoy lo que Wilson Ferreira decía de los militares: no podían elegir una sola frase de José Artigas en el Mausoleo para homenajearlo, porque cualquier frase de Artigas los habría puesto en aprietos. Algo parecido les pasa a los blancos de hoy con la vida y el ideario de Wilson. ¿Qué blanco hoy podría hablar de la reforma agraria, la nacionalización de la banca o del control del comercio exterior, como Wilson planteaba en Nuestro compromiso con usted?
¿Qué blanco se atrevería a retomar el anti imperialismo de Luis Alberto de Herrera, a quien apela Wilson en el discurso de la Explanada Municipal de Montevideo?
¿Qué blanco de hoy podría recordar la vehemencia de Wilson para declarar que "somos unos criminales" si no podemos dar una vida digna a tres millones de orientales con todos los recursos materiales de que disponemos?
¿Qué blanco de hoy se anima a ver completo el discurso de Kiyú donde Wilson advertía que si Julio María Sanguinetti y sus jerarcas mintieron en aquel entonces había que derogar la "Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado"?
Es difícil pronunciar un solo nombre de los que hoy conducen al Partido Nacional que se decidiera a expresar al menos una de esas cosas. Tampoco es fácil escuchar lo obvio: que es muy fácil homenajear a quien ya no resulta peligroso, diluir su mensaje, ocultar su legado, pero callar cuidadosamente que le robaron dos veces las elecciones: en 1971, como lo prueba con rigor Daniel Corbo en Cómo hacer presidente a un candidato sin votos, y en 1984, cuando se realizaron las elecciones con Wilson preso, gracias al pacto del Club Naval.
Quienes no somos blancos tenemos un deber, como esos creyentes que se alejan de ciertas instituciones o dejan la liturgia para recuperar la fe o preservarla mejor.
Ese imperativo empieza por una dolorida reverencia en esta conmemoración, a los 30 años de su muerte física en 1988. Para luego decir con alegría, como sugería el propio Wilson: la libertad no se conquista nunca, es una lucha que empieza cada día.
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Compartimos a continuación el discurso en el Parlamento de 1973, ante la inminente ruptura de la institucionalidad; el discurso completo de la Explanada, de 1984, muy esclarecedor en cuanto a su perspectiva política de sus últimos años de vida; el debate completo (en dos partes) con Seregni y Marchesano, en el programa Prioridad; y el discurso de Kiyú, de 1987. En sucesivas actualizaciones agregaremos otros registros audiovisuales y reseñas de libros sobre Wilson Ferreira Aldunate (1919-1988).