VOTO ELECTRÓNICO: RICHARD STALLMAN / JOAQUIN SORIANELLO / ARIEL GARBAZ / BEATRIZ BUSANICHE / AMILCAR BRUNAZO FILHO
Hace tres meses el favorito era Lula.*¿Ahora la gente se dio vuelta por esta diferencia? Existen algunas dudas razonables sobre lo ocurrido si ponemos el foco en las vulnerabilidades del voto electrónico.
El voto electrónico se usa en pocos países del mundo y lo han prohibido en forma expresa Alemania, Holanda y Austria. En 2017, Richard Stallman, impulsor del software libre, advirtió sobre la facilidad del fraude con el voto electrónico (Stallman, 2017). Técnicos independientes como Joaquin Sorianello se pronunciaron también contra el voto electrónico (Sorianello, 2016).
En 2018, el perito forense Ariel Garbaz advirtió la imposibilidad de auditar el software del voto electrónico en Brasil. Antes de lamentar o festejar, ¿no habría que investigar un poco?
https://twitter.com/GarbarzAriel/status/1049105474489110529
En realidad, existen muchas otras cosas técnicas a considerar. En una entrevista con Kontra Info, la referente de la Fundación Vía Libre (Argentina), Beatriz Busaniche, declaró que “está técnicamente demostrado que es imposible construir un sistema de voto electrónico que respete al mismo tiempo los principios del secreto, la integridad y la auditabilidad”.
Y precisó: “No es materia de opinión, está demostrado matemáticamente con el teorema de Hosp y Vora” (Busaniche, 2016).
Durante la entrevista, cuyo link proporcionamos líneas abajo para conocerla completa, Busaniche explicó que el sistema usado en CABA y aplicado hacía algunos años en Salta “fue auditado muchas veces por la Universidad Nacional de Salta y por la UBA para la elección porteña. Y un técnico, un doctor en informática de la UBA llamado Alfredo Ortega, en 20 minutos encontró una vulnerabilidad que había sobrevivido todas esas auditorías. Una vulnerabilidad lo suficientemente grave que implicaba que era posible incorporar más votos a un sólo chip. Las razones técnicas que hay son muchísimas” (Busaniche, 2016).
En realidad, los métodos tradicionales o los combinados con procesos mecánicos o informáticos, tampoco han impedido del todo el fraude electoral.
En 1971, la elecciones en Uruguay muy probablemente fueron amañadas en perjuicio de Wilson Ferreira Aldunate, como lo documenta profusamente la investigación de Daniel Corbo Cómo hacer presidente a un candidato sin votos (2009), que jamás fue contestada de modo verosímil. Por si algo fallaba, se hicieron correr versiones de que Brasil aproximaba los tanques a la frontera ante la eventualidad de que ganara, por ejemplo, el recién nacido Frente Amplio.
En el año 2000, en Estados Unidos hubo un claro fraude contra Al Gore a favor de George W. Bush, usando varias maniobras diferentes, como lo explicó Jay Roach en su film Recount (2008) y jamás fue refutado de modo creíble.
En el año 2006, el fraude se cometió contra Andrés Manuel López Obrador, actual presidente electo de México. AMLO asumirá en diciembre de 2018 pero ya los medios de comunicación preparan el clima para que los jueces corruptos hagan lo suyo llegado el momento, como lo recomiendan las reglas tácitas del lawfare.
Concluyamos con referencias específicas a la segunda vuelta de las elecciones en Brasil el día 28 de octubre de 2018.
Un artículo reciente de la revista Caras y Caretas, sostiene que “un análisis de los perfiles de Bolsonaro en comparación con Lula, Haddad, Ciro y Alckmin en las estadísticas generadas por el sistema de búsqueda de Google, que se consolida en una herramienta denominada Google Trends, indica claramente de que algo muy extraño – un fraude – ocurrió en la primera vuelta de las elecciones”.
Sin perjuicio de reconocer que ese enfoque que recoge interpretaciones de Patricia de Campos Mello posee su valor, no va a la sustancia del asunto: el artículo ofrece pruebas sugerentes de que las intenciones de voto variaron en función de las maniobras masivas y bien organizadas que apelaron a las fake news, pero no a los detalles técnicos que habilitaron, probablemente, otro fraude más grave aún y en un sentido fuerte del término: la manipulación de millones de votos que distorsionaron los resultados de las dos vueltas.
Hace más de una década, Amílcar Brunazo Filho, ingeniero mecánico de la Escuela Politécnica de la Universidad de San Pablo y especialista en fiscalización de elecciones con urnas electrónicas, finalizaba un estudio académico sobre “El voto electrónico en Brasil” con estas palabras: “En conclusión , la adopción del voto informatizado presenta problemas de gran complejidad técnica y jurídica que deben ser analizados con mucho cuidado antes de embarcarse en una aventura que podría tener consecuencias graves e irreversibles” (Brunazo, 2005, p. 220).
En su artículo hacía la historia del Tribunal Superior Electoral (TSE) en Brasil, que había acumulado poderes que no fueron beneficiosos para la democracia. En 1982, cuando se recurrió por primera vez a las computadores en un proceso electoral, “el recuento general de los sufragios debió suspenderse porque se detectaron graves indicios de fraude, siendo este hecho posteriormente conocido como el ‘Caso Proconsult (por el nombre de la empresa contratada para completar el recuento de los votos a través de las computadoras” (Brunazo, 2005, p. 210).
Por si fuera poco, una ley aprobada en Brasil sobre voto electrónico (2003), “disminuyó drásticamente los poderes de fiscalización de los partidos políticos durante el recuento digital de los sufragios y limitó la opinión de los expertos y la presentación de eventuales observaciones o modificaciones”. Los fiscales partidarios pueden presentar sus peticiones “solicitando su acceso a los datos del sistema informático a los jueces, sin embargo, éstos tienen el poder de negar estas solicitudes”.
El autor enfatiza de nuevo: “Este trabajo tiene como objetivo señalar los cambios que se produjeron en Brasil con la incorporación de las urnas electrónicas y describir cómo las sucesivas modificaciones de las normativas electorales afectaron la fiscalización del proceso electoral haciéndolo menos transparente” (Brunazo, 2005, p. 210).
El mismo texto da cuenta de casos que cabría calificar de pintorescos, si no fueran en realidad dramáticos. En 2004 en California, Estados Unidos, los programas de las máquinas de votar de la empresa Diebold habían sido alterados. Durante el año 2000 en Brasil había ocurrido algo similar: las restricciones impuestas “impidieron a los fiscales poder descubrir el hecho” “Dos años después de las elecciones se hizo pública la modificación no autorizada de los programas. Las consecuencias para los responsables: ninguna. La repercusión mediática: ninguna” (Brunazo, 2005, p. 217).
Brunazo enumera en sus páginas los detalles técnicos que exceden este primer informe sobre el tema. Pero debe mencionarse “el resultado parcial de 41 mil votos negativos para el entonces candidato presidencial Luiz Inacio Lula Da Silva durante el primer turno de los comicios del 2002. Frente a este sorprendente resultado negativo, el TSE afirmó que ‘se trataba de un pequeño error del programa de recuento general de los votos y que fue reparado rápidamente’…” (Brunazo, 2005, p. 217).
El texto del ingeniero experto en procesos electoral abunda en ejemplos técnicos y detalles muy significativos.
Regresemos al Uruguay de hoy, a partir del resultado del 28 de octubre de la segunda vuelta en las elecciones del Brasil, con un resultado de 55.13 % para Jair Bolsonaro y 44.87 % para Fernando Haddad que, desde el punto de vista del voto electrónico, genera varias dudas razonables.
Las máximas autoridades políticas del Uruguay deberían reunirse a evaluar hipótesis de conflicto y escenarios de contingencia ante el acceso probablemente fraudulento a la presidencia de un candidato completamente carente de honor y de una elite del país vecino según sus anuncios dispuesta al ejercicio del poder en su desnudez más obscena, sin reconocimiento de las minorías étnicas y de género (candidato y elite que ya han disfrutado con anticipación de la tolerancia institucional y la de muchos medios de comunicación, respecto de un lenguaje público que no ha dejado delito sin apologizar).
Si se cumpliesen algunas expresiones, la agresiva alianza de factores económicos, judiciales y militares que entronizó a Bolsonaro, tarde o temprano va a trancar el Mercosur, va a despreciar la institucionalidad global y va a percibir como enemigos externos a otros países latinoamericanos (Venezuela y Bolivia por ahora, quizás incluyendo a Argentina después del 2019). Quizás también, va a generar en su propia dinámica interna una oleada de refugiados intelectuales, políticos y sociales, que el Uruguay debería recibir con los brazos abiertos (claro que con la mente puesta en un plan diseñado con suficiente antelación). Puede que esto no ocurra y esto sea una exageración. O puede que sí.
Ante este panorama, la falta de preparación de Bolsonaro, que no logra ocultar su grosera verborragia, no es lo fundamental. Solo va a hacer más desagradable el “cambio radical” que con inocultable regocijo estampó el diario El País (Uruguay) en su primera plana del lunes posterior a los comicios.
Lo único que falta es que aquellos que mandonean los tanques del vecino norteño con impunidad asegurada de aquí en más, se encuentren de nuevo con voluntad de arrimarse a la frontera en las elecciones de 2019, igual que se rumoreaba en las de 1971.
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* Ver, por ejemplo: “Dos encuestas ratifican a Lula como favorito para elecciones aún en la cárcel” diario El Comercio (20/08/2018): https://www.elcomercio.com/actualidad/encuestas-lulafavorito-carcel-elecciones-brasil.html
Referencias
Caras y Caretas (2018). “Gráficos evidencian fraude electoral de Bolsonaro”. https://www.carasycaretas.com.uy/graficos-evidencian-fraude-electoral-de-bolsonaro/
Brunazo Filho, Amilcar (2005). “El voto electrónico en Brasil”, en Tula, María Inés (coordinadora) (2005). Voto electrónico. Entre votos y máquinas. Las nuevas tecnologías en los procesos electorales. Buenos Aires: Ariel, pp. 209-221.
Busaniche, Beatriz (2016). «El fraude del voto electrónico», entrevista en Kontra Info.
http://kontrainfo.com/el-fraude-del-voto-electronico-prohibido-en-alemania-holanda-y-austria/
Corbo, Daniel (2009). Cómo hacer presidente a un candidato sin votos. Las elecciones protestadas de 1971 y la operación reeleccionista. Montevideo: Planeta.
Giri, Leandro y Giuliano, Gustavo (2017). "El Principio de Precaución: una herramienta para el control democrático de la tecnología", en Miguel, H.; Camejo, M.; Giri, L. (2017) Ciencia, tecnología y educación: miradas desde la filosofía de la ciencia. Montevideo: FIC-Udelar.
López Obrador, Andrés M. (2007). La mafia nos robó la presidencia. México: Grijalbo.
Sorianello, Joaquin (2016). «Voto electrónico ¿Avance tecnológico?».
TEDxBariloche. https://www.youtube.com/watch?v=mVNzL0l5U3k
Stallman, Richard (2017) «Voto electrónico y fraude». https://www.youtube.com/watch?v=TDfn-erM0HE
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Sobre teorema de Hosp y Vora, ver también: https://www.researchgate.net/publication/321183010_Analisis_de_Riesgos_Vulnerabilidades_y_Propuestas_de_Auditoria_sobre_Sistemas_de_Voto_Electronico
https://blog.smaldone.com.ar/files/famaf/ve_famaf.pdf
https://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-306312-2016-08-08.html
PERPLEJIDADES
Si se miran los grandes números, el Brasil está partido en tres: Bolsonaro, Haddad y un tercio que no votó o votó en blanco y anulado. La suma de votos anulados y en blanco se acercan a la diferencia entre Haddad y Bolsonaro. Si el voto electrónico no sufrió distorsión fraudulenta de cifras, lo cual no es posible afirmar con seguridad, Bolsonaro representa principalmente un tercio agresivo, principalmente blanco y rico, que someterá a los otros dos tercios.
Referencias
Elaboración propia en base a datos de la BBC:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46013635
Habilitados para votar es una estimación de El Nuevo Diario:
https://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/471095-brasil-millones-habilitados-votaciones/
"Bolsonaro arrasa en ciudades blancas y ricas"
https://elpais.com/…/10/23/actualidad/1540291997_116759.html
Conjetura de la posibilidad de fraude en Brasil 2018:
http://filosofismas.blogspot.com/2018/10/elecciones-en-brasil-mas-dudas.html
LOS CUATRO FACTORES DEL DESASTRE
Según Boaventura de Sousa Santos, en Brasil, igual que en el resto del mundo, hay al menos 4 factores para "morir democráticamente". A partir de las palabras de Boaventura, hago una glosa a mi modo, en un borrador de futuro resumen:
1. Candidatos antisistema, agresivos, que se presentan como los puros contra los corruptos.Ello ocurre en Estados Unidos y en Filipinas, desde Turquía a Rusia, desde Hungría a Polonia.
2. El virus del dinero que por debajo hace que los responsables políticos actúen por el lucro que reciben ellos (los que se presentan como anticorrupción) y los grupos que representan. En Brasil el Congreso está dominado por la bancada armamentista (“de la bala”), la bancada ruralista (“del buey”) y la bancada evangélica (“de la Biblia”).
3. Fake news y Big data. Esto es especialmente grave en países como la India y Brasil, en los que las redes sociales, sobre todo WhatsApp tiende a ser la única fuente de información de los ciudadanos 50 imágenes más divulgadas en los grupos públicos de WhatsApp en apoyo a Bolsonaro, solo cuatro eran verdaderas. Recordar que en Brasil, 120 millones de personas usan WhatsApp.
4. "Captura" de las instituciones. La primera institución en ser capturada es el sistema judicial, por ser la institución con poder político más distante de la política electoral y por ser percibido como “árbitro neutro”. En realidad, presidentes y parlamentos electos mediante los nuevos tipos de fraude tienen el camino abierto para instrumentalizar las instituciones democráticas y pueden hacerlo supuestamente dentro de la legalidad. Pero son evidentes los atropellos y las interpretaciones sesgadas de la ley o de la Constitución. En los últimos tiempos, Brasil se ha convertido en un inmenso laboratorio de manipulación autoritaria de la legalidad.
Ver texto completo: https://blogs.publico.es/espejos-extranos/2018/10/24/brasil-las-democracias-tambien-mueren-democraticamente/
¿ELECCIONES HONESTAS?
El dato es "viejo" pero útil: en setiembre de 2018 apenas uno de cada 6 brasileros creía que las elecciones serían limpias.
Ampliar información:
https://es.statista.com/grafico/15616/encuestados-que-afirma-confiar-en-unas-elecciones-honestas/
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