JACQUES SADOUL: CARTAS
DESDE LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE / THE WIRE: ENTREVISTA CON DAVID SIMON / THE BEATLES: LOS 50 AÑOS DE SGT. PEPPER'S LONELY HEARTS
CLUB BAND / ROBERTO BLATT: INTOLERANCIA COMO AUTOMUTILACIÓN
CARTAS
DESDE LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE. Es la primera vez que se publican en
español estas cartas del capitán Jacques Sadoul (1881-1956) que no debe ser
confundido con el escritor de ciencia-ficción del mismo nombre.
Nada de ficción. Por el contrario, estas
cartas son tajadas frescas de la realidad de un pueblo que deseaba la paz, en
plena Primera Guerra Mundial. Con la traducción a cargo de Inés Bértolo, Cartas desde la Revolución bolchevique (Turner Noema,
México, 2016) nos ofrece una estupenda manera de tomarse en serio el
aniversario de la Revolución de Octubre,
que debe ser analizada con rigor antes que recordada con nostalgia o condenada con horror.
Además del grueso de sus misivas
dirigidas a Albert Thomas, el volumen incluye la presentación que en su momento
hizo Henri Barbusse de la edición original, tanto como las dos cartas de Sadoul a
Romain Rolland. Es oportuno el muy jugado prólogo de Constantino Bértolo, para
esta correspondencia “entre oficiosa y personal” que el político y diplomático
francés en misión en Petrogrado escribió
a partir de su conocimiento de primera mano en el terreno, donde conoció a
figuras como Lenin y Trostky.
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THE
WIRE. TODA LA VERDAD. Como aficionado a las series de temas sociales y
políticos, no tengo ninguna duda cuando me preguntan cuáles señalaría como mis tres
favoritas hasta el momento de escribir estas líneas: Black Mirror, El puntero
y The Wire. El orden no refleja mis prioridades,
apenas es vagamente alfabético. ¿Si vi House of Cards? Sí, claro, en
más de una versión. Me gusta. ¿Qué hay muchas otras series sobre estos temas? Obvio. Pero
cualquiera de aquellas tres me gusta mucho más.
En esta oportunidad el escritor,
periodista, productor y guionista Rafael Alvarez (Baltimore, 1958) nos ofrece en
The Wire. Toda la verdad (Principal
de los Libros, HBO, Barcelona, 2013) una especie de enciclopedia definitiva sobre
The Wire (emitida entre 2002 y 2008) para
los que estaríamos dispuestos a ver de nuevo las cinco gloriosas temporadas: una
introducción de David Simon, padre de la criatura; montones de fotografías inéditas
(algunas en pliegos de colores y la mayoría en digno blanco y negro); y contribuciones
de George Pelecanos, Laura Lippman, Dennis Lehane, Nick Hornby, Anthony Walton
y William Zorzi, entre otros.
Bastaría ver la entrevista con David Simon (2009) donde se intercalan escenas memorables de todas las temporadas, para comprobar que estamos hablando de una ficción imprescindible para reconstruir la realidad social en un todo verosímil y adulto, a prueba de muchas mentiras mediáticas sobre la seguridad ciudadana y las raíces del "problema" de la drogas ilegales.
Yo atesoro también The Wire. 10 dosis de la mejor serie de televisión (publicado por errata naturae, Madrid, 2010), con introducción de David Simon y textos de Rodrigo Fresán, Jorge Carrión, Margaret Talbot, Iván de los Ríos y George Pelecanos, además de otros colaboradores.
Pero este adorable ladrillo The Wire. Toda la verdad en su primera edición en español (Barcelona, 2013) me parece un material de consulta inexorable. En especial para quienes deseen sacar mayor provecho aún de una serie que vale por cientos de papers de ciencias sociales. No sé cómo no lo conseguí antes.
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LA
BANDA DEL SARGENTO TOCARÁ PARA SIEMPRE. He aquí unos links sugeridos por nuestro colaborador Pablo Valle. Me los envió con estas palabras: "A
50 años del lanzamiento de un disco bisagra en la historia de la música
contemporánea, celebremos una vez más a The Beatles, la banda más importante de
todos los tiempos, recordando lo que se guarda detrás de la creación de esta
obra maestra: Sgt.
Pepper's Lonely Hearts Club Band".
http://www.thebeatles.com/news/giles-martin-facebook-live-abbey-road
https://www.nytimes.com/es/2017/05/31/aniversario-sargeant-pepper-beatles/
http://www.newsweek.com/2017/05/26/beatles-sgt-peppers-lonely-hearts-club-band-paul-mccartney-john-lennon-george-608717.html
http://time.com/4712761/sgt-peppers-50th-anniversary/
http://www.bbc.com/news/entertainment-arts-39998336
http://rollingstone.com.mx/tag/sgt-peppers-lonely-hearts-club-band-50-aniversario/
http://www.elnuevoherald.com/entretenimiento/musica/article153966884.html
http://www.vanityfair.mx/vanity-news/articulos/50-aniversario-del-album-sgt-pepper-the-beatles/22042
http://cultura.elpais.com/cultura/2017/05/30/actualidad/1496173080_937491.html
http://www.lanacion.com.ar/2028482-sgt-peppers-la-historia-del-album-que-fertilizo-el-planeta
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LA INTOLERANCIA ES AUTOMUTILACIÓN. La siguiente entrevista mantenida con el autor de Biblia, Corán, Tanaj, fue publicada con el título “Con Roberto Blatt. La intolerancia es automutilación”, en la revista Relaciones Nro. 397, junio de 2017, Montevideo, páginas 2 a 5.
Cálido, ocurrente, culto, abierto a
seguir la discusión sobre cualquier tema. Contesta siempre como un torrente,
pero no como un iluminado sino con un entusiasmo incansable, con una energía
limpia, mucho más joven que él. Se trata de Roberto Blatt, el autor de Biblia, Corán, Tanaj. Tres lecturas sobre un
mismo Dios (2016, editorial Turner Noema).
La obra es una documentada revisión de
las tres grandes tradiciones religiosas -judía, cristiana e islámica-, escrita
con el talante de pesquisar afinidades y celebrar las diferencias. La historia
es fascinante cuando permite entender el presente y la ágil pluma de Blatt lo
asegura sin desmayos. El presente texto selecciona ciertos tramos de una larga
entrevista mantenida con el autor durante su última visita al Uruguay.
Recordemos que Blatt nació en Montevideo pero emigró a Israel a fines de los
sesenta y luego estudió en Alemania. Dirigió Multicanal y fue responsable del
Canal Odisea y del Canal Historia. Hoy reside en Madrid. Es ensayista y traductor.
Para dar un adecuado contexto, digamos
que ya los títulos de algunos capítulos podrían causar polémica: “El buen
gobierno cristiano: utopía”; “El buen gobierno islámico: sectarismo y herejía”:
“El buen gobierno judío: esperando al Mesías”. Pero Blatt asegura que “la
intención es señalar cómo esos caminos se fueron entrecruzando, coincidiendo y
chocando hasta nuestros días y cómo sus alternativas siguen constituyendo el
leitmotiv narrativo de una contemporaneidad globalizada”. Biblia, Corán, Tanaj proyecta un intenso foco sobre asuntos muy
actuales pero se remonta muy lejos en la historia.
Por eso puede ocurrir que ingrese a la
categoría de “clásico”: un libro que todos quisieran tener leído pero que
cuesta empezar a leer. Si el lector se siente afín con esa advertencia , es
recomendable que lea primero el capítulo VIII, “Crisis” y de ahí hasta culminar
el “Epílogo”. Recién luego podrá retomar la lectura a partir de las primeras páginas.
Para estimular este comienzo irregular
pero atractivo, basta pensar que es en las últimas páginas donde pueden
encontrarse sorpresas como ésta: “A pesar de los horribles ocasionales
atentados contra Occidente, es difícil hablar de guerra de civilizaciones cuando
en paralelo hay que contabilizar cientos de miles de muertos en luchas internas
en Siria, Irak, Yemen, libia, Bahrein, Somalia y Egipto, y cuando más del
ochenta por ciento de las víctimas del terrorismo islamista son musulmanes de
algunos de esos países así como de Pakistán, Afganistán y, recientemente,
Nigeria”.
Y he aquí otra: “Sea panarabista como Al
Qaeda, o nacionalista como Hamás, el islamismo político es particularmente
sensible a lo que se percibe como la humillación del mundo musulmán, pero no a
sus injusticias (…) el concepto de lucha de clases no ha penetrado jamás en la
sociedad musulmana (…) La radicalización de las elites árabes, como Osama Bin Laden
y Mohamed Atta, comparte el componente central de la humillación (…) El caso de
Bin Laden es iluminador: su padre, de origen yemenita, se hizo millonario
construyendo los palacios de la familia real saudí, palacios que su familia
nunca iba a habitar”. Los dejo con Roberto Blatt.
SENTIDO DEL MISTERIO
AC: Llama la atención la importancia que
le otorgas en tu libro a los conceptos de “reconocimiento”, “humillación”,
“orgullo”, “honor”. Son conceptos en los cuales han insistido muy diferentes
filósofos antiguos, modernos y actuales, desde Platón y Hegel hasta Axel Honneth,
Richard Sennet y Francis Fukuyama.
RB: Eso forma parte de mi itinerario
personal y de las experiencias que he tenido. A lo largo de mi vida, por
ejemplo, he tenido que buscar entender mi origen judío. Más allá de la historia
de conflictos y persecuciones, los judíos participaron de la eclosión
civilizatoria de Occidente hasta lo que se convirtió en la civilización judeo-cristiana.
En cambio los judíos que permanecieron en el mundo musulmán, mucho mejor
tratados, sufrieron la decadencia del entorno. Por lo tanto hay aquí una serie
de paradojas.
La historia de los judíos no fue simplemente
una historia de horrores, que los hubo y yo los documento -y trato de no maquillar
nada-. Entre persecución y persecución, hubo un florecimiento extraordinario.
Una de las razones de que la población judía mundial se haya mantenido en unos
15 millones –en vez de disminuir o crecer– es que ha ganado y ha perdido gente
continuamente.
Un escritor que conozco se hizo judío
diciendo: “quiero pertenecer a ese club”. Ese “club”, el motor de la diáspora,
fue el impulso de personas que valoraban el conocimiento y la investigación. Y
no es que eso se deba a una ventaja genética. Desde ese punto de vista los
judíos son de una impureza extraordinaria. Entonces no sorprende a nadie que
ese espacio donde se valora la osadía intelectual haya un porcentaje alto de
gente que lo realice. Esto es un proceso que se fue dando a lo largo de siglos
y siglos. Con un movimiento pendular de menor libertad o mayor libertad.
AC: Quiero volver a tu libro, donde veo
una suerte de inteligencia emocional poco habitual, en la idea de que no
solamente los judíos han sido sometidos y humillados, sino los musulmanes también.
RB: Además da igual si alguien ha sido
objetivamente humillado o no. Lo que importa es la percepción que se tiene. A
mí me han argumentado que en Europa sufren más los
subsaharianos que los marroquíes o los
argelinos. Objetivamente es cierto. Pero no es lo determinante ahí. Importan
las percepciones.
AC: Entre los terroristas más conocidos
había gente con títulos profesionales, por ejemplo entre los que actuaron en
los atentados del 11 de setiembre.
RB: No tenían ningún problema de dinero,
o de realizaciones personales. Sin embargo la percepción que tenían era
diferente. Incluso Mohamed Atta, pertenecía a una élite en Egipto, su país de
origen y en Alemania donde fue a vivir. En Hamburgo comenzó su proceso de radicalización.
Él percibía una humillación civilizatoria. No es que todos en el mundo musulmán
estén propicios a radicalizarse como Atta, pero sí es generalizada la
percepción de que el mundo islámico no es bien tratado. Hay encuestas y
estudios al respecto que lo demuestran. Creo que hay un 85% de musulmanes
ingleses en el Reino Unido que se consideran antes musulmanes que ingleses. Y
necesitan que se los respete.
AC: En la entrevista del programa En
Perspectiva de Radio Oriental, te preguntaron si creías en Dios y tú dijiste
que ibas a responder con “un truco”.
RB: Eso lo aprendí del maestro
Wittgenstein.
AC: De lo que no se puede hablar mejor
es callarse.
RB: Eso es el Tractatus pero me interesa
más el Wittgenstein tardío. Recuerdo una anécdota que espero no haber
inventado, cuando a Wittgenstein le preguntan dos veces si cree en Dios. Una
vez responde “Sí” y otra responde “No”. Su interlocutor queda mareado. Es que,
en realidad, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué quiere decir si creo, o no creo en
Dios? Siempre he hecho una distinción entre “fe” y “creencia”. De hecho el
judaísmo hace esa distinción. Creencia requiere siempre tener algún tipo de
evidencia. Eso no es solamente algo de la ciencia.
La creencia tiene que estar basada en la
evidencia. Es parte de una tradición milenaria. Si tienes una posición, si
tienes una opinión, esa opinión tiene que estar respaldada por lo menos por
testimonios a favor. Pero cuando Jesús dice que sabe algo porque estuvo con su Padre,
es una nueva fuente de autoridad. Eso es una novedad extraordinaria. Es algo
que no se dio antes ni volvió a darse nunca más. Con la única excepción de
Alejandro, que se inventa una religión donde él es el Hijo de Dios. Él no es el
elegido de una religión que ya existe, sino que él es el fundador de una
religión. Es un “supertruco”. De hecho hay todo un misterio sobre su nacimiento.
Lo que quiero decir es que hay una
distinción entre “fe” y “creencia”. En cada época hay un criterio para definir
qué es una evidencia. La fe es todo lo contrario. Es creer algo sobre lo cual
no necesitas ninguna evidencia. Es más, la evidencia debilita la fe. Esto es una
novedad extraordinaria. Por lo tanto, la misma pregunta ¿”crees en Dios?”, se
hace en base a… ¿cuál de los dos sentidos de la palabra “creer”? ¿En el sentido
del lenguaje común en todas las formas de pensamiento, en todas las
tradiciones? ¿O en el sentido de esa novedad extraordinaria, de que estás
tocado por la gracia y no se requiere ninguna evidencia? Pero nos hemos educado
todos, de alguna manera, en tomar como sinónimos” fe” y “creencia”. Y no lo son
para nada. Son contrarios.
AC: Al final de una conferencia del
historiador Barrán, alguien del público le preguntó qué cambios registraba el
mundo actual respecto de períodos anteriores. Barrán respondió –cito de memoria-
que al mundo actual le falta “el sentido del misterio”. En tu libro haces
comentarios similares cuando comentas que hay un empobrecimiento de reducir todo
a causalidades mecánicas, materiales, como hacen algunos cientificistas.
RB: Es que ellos mismos no lo creen. Me
refiero a autores como Dawkins, Harris, Hitchens. Tengo un amigo que es un
cientificista con un rechazo violento del sentimiento religioso. Hemos tenido
con él debates en España. Yo le he dicho que no tengo ninguna duda de que la ciencia
es la mejor manera de explicar muchas cosas. Pero puede convertirse en una
religión también, porque está basada en muchos postulados no demostrados… La
regla básica de la ciencia de que todo tiene que estar basado en la
observación, esa misma frase, es indemostrable.
Todas las maneras de presentar a la
ciencia como una forma superior de conocimiento respecto de las demás, son
indemostrables. Claro que nadie discute todo lo que la ciencia ha conseguido.
Pero un Newton era muy religioso. Como mínimo tienes que quedar asombrado de
todo aquello que te desborda. En el siglo XIX, parecía estar a punto de demostrarse
la naturaleza mecánica, y por lo tanto perfectamente definible de la realidad,
en términos de causa a efecto. Y de pronto en el siglo XX viene el principio de
incertidumbre de Heinsenberg, que sugiere que no es que falten elementos para
que en un futuro podamos probar las teorías científicas, sino que estamos
condenados a no conocer completamente.
Pero la incertidumbre no niega a la
ciencia sino que la hace mucho más rica. Pensemos en el pasaje de lo inerte a
lo vivo. O en el pobre Einstein que se pasó el resto de su vida tratando de demostrar
que “Dios no juega a los dados” pero se frustró. Existe una realidad numinal que no puede ser objeto de la
ciencia. El objeto de la ciencia es el estudio de las cosas. Richard Feynman en
ese sentido es todavía mejor que Albert Einstein. ¿Por qué las cosas son así?
¿Por qué tenemos cinco constantes numéricas? ¿Por qué existen estas leyes de la
física y no otras? Yo voy mucho más lejos: ¿por qué hay algo? ¿Qué razón puede
haber para que haya algo en lugar de nada?
RIGOR EN LOS TÉRMINOS
En este punto conversamos sobre las dos
obras de Yuval Noah Harari, Homo sapiens y Homo Deus. Blatt se extiende con
sutileza en varias consideraciones críticas. En contra de lo que sostiene
Harari, respecto de las drogas de “la felicidad”, según Blatt los estudios
sobre los psicofármacos administrados para combatir la depresión han fracasado,
generando adicciones pese a ciertos éxitos temporarios. La idea de Harari de
“vencer la inmortalidad” le resulta especialmente desatinada: sería
insostenible social y económicamente aumentar la duración de la vida.
En todo caso, “depresión” e “inmortalidad”
son conceptos a los que habría que aplicar las preguntas que Wittgenstein
destinaba a la palabra “Dios”. Y da a entender que al usar esos términos en
forma vaga no se puede construir pensamiento riguroso. Por otra parte, la idea
de qué hacer con un inmenso ejército de desocupados, o el impacto de la
tecnología en el mundo productivo laboral, no son problemas nuevos, ya los
había planteado Marx. Pero es más que dudoso que la solución sea prescindir de
esas masas de desocupados.
Hasta los años 90 las socialdemocracias
habían procurado conciliar la libertad y los derechos de las mayorías. Esos no
son problemas del futuro. Son problemas actuales. Para Blatt, Harari toma todo
en sentido literal y simplificado. En particular, Jorge Luis Borges entendió
mejor que Harari el problema de la inmortalidad. Luego la conversación deriva a
las experiencias de Blatt en Israel.
A ESCONDER LAS BANDERITAS
RB: Con René Dreyfus, contribuimos al
movimiento por la paz en Israel. Fuimos dos uruguayos que co-fundamos un partido
que reconoció los derechos de los palestinos. Claro que es tan legítimo el
proyecto nacional judío como cualquier otro proyecto nacional –aunque yo no
esté muy de acuerdo con los proyectos nacionales-. Lo que ocurre es que ciertas
conductas contribuyeron a la creación del Movimiento Nacional Palestino.
AC: Eso los explicas bien en el libro.
Es una escalada: el radicalismo de unos retroalimenta el radicalismo de otros.
RB: Pero también es cierto que lo mejor
de uno lleva a lo mejor del otro. Cuando Fatah define su proyecto como
democrático y laico, eso es inconcebible en el mundo árabe, y sobre todo en aquellos
años. Pero ¿de dónde viene ese proyecto? Lo aprendió de los locos de al lado. Periódicamente
me invitan a dictar conferencias en España. Una conferencia se llamó “La invención
de Israel y Palestina en el mapa imaginario de Medio Oriente”. Cuando me
invitan de la Autónoma encuentro la sala llena. Allí hablo de la
retroalimentación de los radicalismos y hago la historia de todo esto.
Esto fue antes de que saliera mi libro. Yo
era un ensayista completamente oscuro. Dos terceras partes venían con sus
banderas palestinas y un tercio con símbolos de Israel. Unos y otros estaban
listos para hacer saltar el evento. Y a agarrarse a tortas entre ellos. Empecé
a contar a mi manera esto y vi como todos empezaban a esconder las banderitas,
y se quedaban callados. Al final me tuvieron dos horas haciéndome preguntas y discutiéndolo
civilizadamente, pro-israelíes y pro-palestinos.
IMAGEN Y PALABRAS
Ahora Blatt reflexiona sobre su interés
en la historia, de cara al presente. Dice no ser un coleccionista de
antiguallas. Respeta mucho a quienes realizan minería histórica pero él no es
un minero. Le interesa el presente. Escribir Biblia, Corán, Tanaj fue un
intento de poner orden en su ánimo intelectual. “No hay manera de negociar la
paz en pleno fragor de la batalla” –agrega. Lo que hizo fue tomar una distancia
para tomar aire y poder pensar, es decir, algo “que me permita el
reconocimiento de lo humano en el otro”.
El otro es alguien para considerar, no
para matar. Pero en el conflicto lo que uno quiere es matar para no morir, la urgencia
es ésa. Entonces se trata de salir de ese espacio. Por fin encontró que
encajaban los dos proyectos: poner en orden la historia personal y tomar una
distancia serena para ponderar mejor los demás hechos.
“Por eso durante 20 años estuve haciendo
este libro. El libro me obligó a enterarme de cosas. Y lo que fui descubriendo
no fue solamente los errores de los demás sino toda la ignorancia mía. Yo he
llegado a la convicción absoluta de que lo que impide una conversación más
abierta y más productiva entre las tres grandes corrientes bíblicas, no es
porque los judíos ignoramos lo que creen los cristianos, o los cristianos
ignoran de los musulmanes y los judíos, o lo que los musulmanes ignoran de
judíos y cristianos, aun siendo importante, sino lo que cada uno ignora de sus
propias tradiciones”.
Si cada uno conociera mejor sus propias
tradiciones aprendería las afinidades, los cruces que ellas poseen respecto de las
demás. “Yo empecé siendo un judío absolutamente ignorante del judaísmo. Yo
sabía de cualquier cosa más que de judaísmo , igual que mis padres”. Los padres
de Roberto Blatt decidieron aportar algún conocimiento sobre sus propias
tradiciones mostrándole fotos del campo de concentración de Auschwitz, pero sin
explicar nada. Ahí se dio cuenta hasta qué punto era mentira que una imagen es
mejor que mil palabras. “Una imagen no vale nada sin palabras”.
Luego cuenta anécdotas de su infancia,
la sinagoga del montevideano barrio Goes que visitaba con su familia en Yom
Kipur, los temores de su padre por los problemas que le podría traer a Roberto
su condición de judío, y como contrapartida su voluntad de no dejarse humillar
en general por ningún motivo en la escuela.
PRECIO DE LA INTOLERANCIA
AC: Has sostenido que no hay que acusar
de fundamentalismo solamente a las religiones porque algunos movimientos
laicos, como el comunismo o el nazismo, también han cometido cosas terribles.
RB: Si laicismo fuera solamente la libertad
de cultos, o que el Estado se desvincule de la vida religiosa porque es un
asunto privado, estoy de acuerdo. Pero históricamente no ha sido así. El laicismo
ha sido estar en contra de algo, adoptando al mismo tiempo elementos de ese
algo. Dios le resulta superfluo pero adopta la estructura de una religión.
AC: Comparto la crítica que haces en tu
libro contra Huntington: “¿Cuáles serían los frentes de la presunta guerra de
civilizaciones de Huntington en un mundo que asiste a alianzas contranatura
como la de Estados Unidos y Arabia Saudí, o la de Rusia, China e Irán?”. Por
otra parte, Fukuyama negó que hubiera “choque de civilizaciones” y planteó que
en cada sociedad actual hay una puja interna entre una cosmovisión pre-moderna,
religiosa, patriarcal, y una visión moderna de la ciencia y el progreso.
RB: Esa es la clave. Eso es lo que demuestra
que sí hay un problema con el islam. No ha hecho lo que han hecho judíos y
cristianos para que se instale la Ilustración. El problema no es con el islam
sino en el islam (…) Todo lo que está pasando en Europa, la rebelión de los
resentidos, puede terminar en un corrimiento hacia el fundamentalismo en
Occidente, independientemente del terrorismo islamista.
Los que votaron a Trump en EE.UU no fue
por algo que tenga que ver con el islamismo sino con la percepción en Occidente
de ser perdedores. De nuevo estamos en el problema de la humillación. Hay un
corrimiento hacia la política del resentimiento en Occidente , que es
peligrosísima, y puede llevar a un masivo fundamentalismo, religioso o laico.
AC: Volvamos a los orígenes. ¿Cómo fue
tu experiencia en Israel?
RB: Yo me fui a Israel con la idea de
que el sionismo era un movimiento de liberación nacional del pueblo judío. Era
1969 e Israel no estaba situado políticamente donde está hoy en día. Hasta 1967
se idealizó a Israel para luego demonizarlo. En Israel encontré anomalías, territorios
ocupados, etcétera. Al mismo tiempo yo trataba de situarme ante el judaísmo. El
sionismo no terminaba de convencerme pero dentro de la mentalidad de que el
sionismo era un movimiento de liberación nacional todo tendía a normalizarse,
había un Estado, un territorio, había clases bajas y altas, etcétera. Estudié
antropología, filosofía y me metí en temas sociales.
Entonces advertí la tensión que había
entre los judíos orientales y el resto de la sociedad. Se habían proletarizado,
había claramente una distinción étnica. Entre 1948 y 1954 vinieron de Marruecos
400.000 judíos. Hubo olas de inmigraciones después. Israel es una sociedad muy
compleja, independientemente del conflicto. El conflicto no es lo único que existe
ahí. Hay que estar allí para ver que hay más dimensiones. El país es
interesantísimo precisamente porque es un laboratorio donde tantos grandes
desafíos se plantean a la vez. Es interesante ver las múltiples variantes que
se plantean en las relaciones entre judíos y árabes. Está el lado del
enfrentamiento pero no es el único lado que hay. Hay relaciones amorosas, hay
relaciones sociales, culturales. Israel es un país absolutamente fascinante.
Además es chico, en cualquier lugar que
estés, estás metido en el meollo, estás haciendo historia. Cualquier decisión
tiene consecuencias históricas y políticas. El tipo que es de derechas y es un
nacionalista no tiene ningún reparo en recibir una subvención para ir a un asentamiento
en los territorios ocupados. El tipo que está en contra de esa política va a
tener otros problemas, conseguirse un piso en Tel Aviv, pero Israel es un
espacio vibrante, con sus luces y sus sombras pero con muchas luces.
AC: Pareces siempre conciliador.
RB: Yo no entiendo a la gente que se
atrinchera. Al fin y al cabo te convertís en prisionero de tu trinchera. El
precio que paga la intolerancia es el de la automutilación.
* * *