martes, 31 de diciembre de 2019

EL ARTE LO EXPLICARÁ MEJOR



No vale la pena pasar raya con el año que se va.

No solamente porque los procesos no se detienen o retoman la marcha según nuestros almanaques sino porque es difícil determinar cuándo se abrió esta ventana de la historia en curso que reveló una nueva vuelta de tuerca del horror y los espectáculos más siniestros del planeta.  

No es solo el neo colonialismo de las grandes potencias mundiales. Es el cambio cultural, es la ausencia de movimientos firmes por la paz, es Cambridge Analytica. Va mucho más allá de las fake news, que descontextualizadas no se entienden. 

Es el imperio de negacionismos de procesos actuales tan inhumanos como el Holocausto (basta pensar en la tragedia de los inmigrantes en todas partes), es la leyenda de la meritocracia, es el intento de reducir el papel de los Estados en sus economías, es la supresión de las políticas sociales y de salud, y es el perfeccionamiento de las formas más perversas del control de los ciudadanos. Es el odio al pobre, a la mujer, al niño.

Si miramos América Latina, solo encontramos la excepción de los gobiernos esperanzadores pero mal comprendidos desde el inicio de López Obrador en México (que asumió en diciembre de 2018) y Alberto Fernández en la Argentina (diciembre de 2019). 

Entretanto, en 2019 se produjo el golpe contra Evo Morales, que renunció para evitar correr sangres que igual se derramaron por la rapacidad de fuerzas oscuras (ricos, evangélicos y mercenarios) que no pudieron señalar en la economía boliviana ningún indicador que no fuese positivo o incluso muy positivo, como lo han indicado organismos internacionales. Se trata de búsqueda del poder, sed loca de poder y racismo anti indígena, en beneficio de la derecha más obscena y las manifestaciones más hipócritas y grotescas.

Las legítimas protestas de chilenos de todas las edades y clases sociales contra el gobierno de Sebastián Piñera se han venido dando pese a la perversa represión que continúa quitando los ojos, literalmente (uno o ambos). Sin embargo, los disparos a la cara  como política de control de las calles y el uso de sustancias químicas en los carros de agua, son sistemáticamente omitidos en los informes de la televisión privada del Uruguay y los demás medios grandes.

La situación de Venezuela sigue siendo incomprendida: se trata de una guerra que no iniciaron los gobiernos bolivarianos. Asesores y jerarcas como John Bolton, Elliot Abrams, Mike Pompeo o el propio presidente Donald Trump se han sucedido en sus declaraciones descarnadas que no ocultan en absoluto sus intenciones, sino que las expresan de modo manifiesto. Se ha atentado con mercenarios, sicarios y apoyo de narcos a un gobierno que procura ser soberano, que ha tenido que soportar en forma adicional al títere y corrupto Juan Guaidó. Con el apoyo de Colombia, los EE.UU y unos pocos malos venezolanos han cometido actos terroristas contra Venezuela en todos los órdenes y dimensiones, energéticas, financieras, sanitarias, sociales, educativas y. naturalmente, bélicas.

La Colombia de Ivan Duque es escenario de asesinatos frecuentes contra líderes sociales, indígenas y ex guerrilleros que habían entregado sus armas. El escándalo de los "falsos positivos" (Uribe) no ha terminado, pero en el Río de la Plata solo preguntan si Venezuela es una dictadura. Por si el lector tampoco sabe a qué me refiero: el asesinato sistemático de jóvenes pobres y de civiles para presentar sus cadáveres con uniforme y armas como si fuesen guerrilleros abatidos. Eso mejoraba las estadísticas para lucimiento del ejército del gobierno. En el Río de la Plata se ignora por completo lo que ocurre en un país que es el ejemplo más claro de la ingenuidad (o el cinismo) de decir que se va a derrotar la droga con las armas: Colombia cuenta con el apoyo de EE.UU, bases militares, organismos  de seguridad, ejército activo y bien pertrechado. Pero la droga sigue llegando a uno de sus consumidores más hambrientos: los EE.UU. La lucha contra el narcotráfico es un excusa barata para ejercer el control geopolítico. Es la nueva guerra del opio.

No es leyendo a los elegantes papers de politólogos latinoamericanos que se ha de comprender esta nación de Repúblicas, no es mediante el cotidiano entrenamiento en el discurso del odio de las redes sociales, ni atendiendo a los medios de comunicación hegemónicos. 

Es mejor, mucho mejor y más entretenido, seguir con atención films como Joker (Todd Phillips, 2019), Panamá Papers (Alex Winter, 2018), The Great Hack (Karim Amer y Jehane Noujaim, 2019) o Brexit: The Uncivil War (Toby  Haynes, 2019) y series como Years&Years (Karen Lewis, 2019) o Black Mirror (Charlie Brooker, 2011-2019). Hay pistas integrales, políticas y culturales, psicológicas y sociales, en esas obras, que constituyen insumos mucho más relevantes para una comprensión adulta y sensible de lo que pasó en el 2019 y seguirá pasando en el 2020.

 

Cuestión de derechos

Es necesario defender el derecho de acceso a la información que personajes como Assange o Snowden han reivindicado con sus denuncias



El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se enfrenta a una demanda de extradición por espionaje presentada por EE UU a la justicia británica, que deberá resolverse en un tribunal de Londres el próximo mes de febrero. El carácter controvertido del personaje y su torturada peripecia para sustraerse a la acción de las justicias sueca e inglesa han tendido una peligrosa cortina de humo sobre una persecución que afecta a las libertades fundamentales y, en especial, al derecho a la información. La principal dificultad para la comprensión del caso es la necesaria separación que requiere de los elementos que no son sustanciales respecto a la cuestión que está en juego, fundamentalmente el derecho a la información. Ni su comportamiento personal en la relación con dos mujeres suecas —que condujeron a su procesamiento, su demanda sueca de extradición y su reclusión como asilado en la Embajada ecuatoriana en Londres durante siete años—, ni sus relaciones con la cadena de televisión rusa RT o sus contactos con el entorno de Donald Trump para infectar la campaña electoral de Hillary Clinton, permiten mirar hacia otro lado cuando están en juego las libertades.

Julian Assange, como es el caso también de Edward Snowden, ha rendido un notable servicio, también a los ciudadanos de Estados Unidos, con las revelaciones sobre actuaciones ilegales o irregulares de su ejército, sus servicios secretos o su diplomacia. El fundador de WikiLeaks defiende la difusión de las informaciones relevantes a las que ha tenido acceso, tomando como fundamento la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. También podría acogerse, al igual que Edward Snowden, a la figura de más reciente reconocimiento del whistleblower, el ciudadano y especialmente el funcionario que denuncia las irregularidades y malos comportamientos de su Administración.

Si alguna crítica merecen estos perturbadores del orden informativo no son las que tienen como motivo las revelaciones de irregularidades o incluso delitos cometidos por los Gobiernos y las Administraciones sino las fantasías respecto al próximo advenimiento de un nuevo mundo transparente e inmaculado en el que ellos destacarían como héroes redentores. Por desgracia, los escándalos suscitados por Assange y Snowden son la premonición de unas distopías totalitarias en las que las tecnologías digitales han devenido instrumentos de control y no herramientas de emancipación. Para evitar precisamente que estas distopías lleguen a ser realidad, nada más oportuno que defender el derecho al libre acceso a la información que personajes como Assange o Snowden han reivindicado con sus denuncias.

Fuente: Editorial de El País (Madrid) 23/12/2019

sábado, 23 de noviembre de 2019

CONTRA LAS MENTIRAS VIRTUALES, COMPAÑEROS REALES



La banderita del FA medida contra la torre de un canal privado es una buena metáfora de lo que sentimos muchos.

Me recuerda aquel monólogo de Agarrate Catalina: "Un ser humano inmensamente solo / Alumbrando como puede con la pobre lucecita remendada de su fe, la gigantesca nada".

Sin embargo, como no les creo nada a los medios cuando ocultan, y no les creo cuando afirman, y no les creo a las encuestas que parten de supuestos controversiales para completar lo que no pueden saber, la única convicción que tengo es que la cosa va a ser reñida. Y que como sugiero líneas más abajo, hay mucho que se ha venido haciendo y que todavía se puede hacer para cambiar lo que pretenden presentar como derrota.

Dicho sea de paso, es inconcebible que después de haberse difundido un texto militar casi golpista los argumentos de mis amigos más radicales o desencantados, se basen aún en las acusaciones de los grandes medios contra los gobiernos de estos últimos 14 años, en general difamatorias y selectivas.

¡Qué lo tiró, ver anarcos veteranos o ambientalistas lúcidos repitiendo los dimes y diretes de los canales privados y las radios más reaccionarias! Dicen no creer en nada, pero a esos le creen... Anular el voto o votar en blanco hoy es un pecado de omisión. Es sentirse "digno", "ni unos ni otros". El problema es que así ganan los "otros", con siniestras marchas militares de fondo incluidas...

Lo que podemos hacer en estas horas que quedan, es hacer lo que ya intuitivamente se viene haciendo: comités, casas de familia, ruedas de mate en cualquier parte, juntarse con compañeras y compañeros reales, de modo presencial, en pequeños grupos. Ellos, los coaligados, lo hacen también, e incluyeron esta vez en la movida a las sectas evangélicas y a los militares nostálgicos.

Pero hay buena base académica para afirmar que lo que nos podría salvar de la oscuridad es el haber cultivado cierta sociabilidad de pequeña escala de modo constante: en los barrios, en las cooperativas, en los sindicatos, en las ruedas perdurables de amigos en los cafés. Eso genera las mejores convicciones y en esta instancia permitiría enfrentar esta embestida de empresarios, medios reaccionarios y políticos coaligados ansiosos no de terminar con las prebendas, sino de no ser excluidos de ellas.

En un artículo publicado en 2014 en el semanario 7N, articulé algunos conceptos que podrían ser útiles para dar una base sólida a esas corazonadas de lo que puede ocurrir el domingo 24 de noviembre de 2019. Era en mi columna "A contragenda":

"Dinero, votos y medios masivos"

"No jodas, el tema es viejo”, me dijo un colega cuando le dije que iba a abordar la cuestión. Así que de tozudo nomás voy a hacer un poco de historia. Dejo para otro día la cuestión del papel de las redes sociales, endogámicas ellas, y más confirmatorias de puntos de vista ya consolidados que creadoras de puntos de vista nuevos.

En The Communication of Ideas (1948) Paul Lazarsfeld y Robert Merton identificaron varias funciones sociales de los medios de comunicación de masas.

Cuando los autores se plantearon si los mass media podrían ser efectivos en la propaganda social o política establecieron tres condiciones para tomar en cuenta: monopolización (control monopólico u oligopólico de los medios), canalización (reorientación o énfasis de tendencias ya existentes), y la más interesante e importante de las tres, la complementación (una propaganda de masas puede resultar efectiva, aunque no se den ni la monopolización ni la canalización, si se complementa con contactos cara a cara en grupos con cierta estabilidad de los vínculos entre sus miembros).

He aquí un episodio paradigmático para entender el impacto de la propaganda masiva ante las posibilidades algo inexploradas de los “microgrupos”. En 1980, en plena dictadura, el gobierno militar uruguayo sometió a plebiscito un proyecto de Constitución que le permitiría legitimar su poder y consolidar una democracia tutelada. En ese momento los militares controlaban los medios masivos de comunicación y podían divulgar a su antojo todo tipo de promesas y de amenazas. Pero contra todos los pronósticos, ganó el “NO” a la reforma constitucional.

La explicación, en términos de L & M, reside en considerar que si bien los medios masivos funcionaban de hecho como un monopolio del gobierno, y no había “contra-propaganda” la oposición hizo campaña a través de microgrupos, con la presencia de militantes de todos los sectores, incluido el prohibido Frente Amplio, a veces con líderes de opinión de los sectores democráticos de los partidos tradicionales, otras veces a través de los mensajes en cassettes de Wilson Ferreira, líder del Partido Nacional, enviados desde el exterior del país.

Se trató de un fenómeno que Lazarsfeld y Merton habían mostrado con claridad al hablar del poder de la “complementación”. Frente al lector memorioso aclaro que no se puede juzgar como “contrapropaganda” la excepcional polémica en TV entre Bolentini y Viana Reyes, del lado militar, con Tarigo y Pons Etcheverry del lado democrático, porque una golondrina no hace verano.

(...)

Hasta allí comparto mi artículo de 2014.
 

¡A votar con dignidad y conciencia de que ni somos pocos, ni estamos solos!
¡A votar por la ola esperanza contra la ola de la reacción!
¡Contra las mentiras virtuales, compañeros reales!

viernes, 22 de noviembre de 2019

EN LA WEB NO HAY VEDA

El calor de la segunda vuelta me puso de buen humor. Ninguno de los breves posteos que seleccioné aquí deben ser tomados a mal. Sugiero leerlos con espíritu deportivo. Adhiero siempre al lema, en recuerdo de Gandhi, que dice: "Haz en tí el cambio que quisieras ver en el Facebook". O en el mundo. Que gane el mejor.
  








































EL QUE PAGA LA ORQUESTA ELIGE LA PARTITURA

 

Son comunicadores. Son "influencers". La juegan de neutrales en algunos casos. En otros son más explícitos. Ellos saben cuánto ganan los funcionarios y qué hacen las empresas. Pero nadie sabe si ellos son empleados, o si son empresas, ni cuál es el vínculo contractual que los une a los medios. Denuncian los secretos de otros pero ellos no suelen difundir cuánto ganan por trabajar en los medios, o por hacer negocios gracias a estar en los medios. La pregunta es: ¿quién o quiénes pagan la orquesta? 

En los EE.UU “las grandes empresas financian la producción y distribución de los medios masivos de comunicación. Y al margen de toda intención, quien paga a la orquesta es generalmente el que impone el repertorio“ decían Lazarsfeld y Merton (1948) en un estudio célebre.

Lazarsfeld y Merton se propusieron detectar las condiciones de éxito de campañas masivas exitosas. Entre ellas encontraron un requisito relevante: la propiedad de los medios, o el monopolio de hecho de los medios de comunicación, sin contrapropaganda eficaz, solía impactar de modo previsible sobre la sociedad. Los autores proponían los ejemplos de la Unión Soviética y la Alemania nazi.
Pero fueron igualmente duros con los EE.UU y decían: "El oligopolio de los medios masivos y la concentración en manos de unas pocas grandes empresas", hacía inviable toda propaganda alternativa, o la reducía hasta volverla marginal. Y es sabido que “quien paga a la orquesta es generalmente el que impone el repertorio“.

Yo he suavizado la frase diciendo “elige la partitura” en vez de “impone el repertorio” porque “imposición” me parece inexacto en el caso de los comunicadores seleccionados en la imagen del posteo.

De verdad, en esto no tengo ninguna duda: estoy seguro que aquellos cuyas fotografías acompañan este texto creen estar haciendo las cosas bien, de manera correcta. No es el periodismo venal de otras partes del mundo, algunas muy cercanas. Por lo menos en el caso de los comunicadores incluidos en este posteo creo que todos son honestos, y no creo que cambien de opinión para seguir en los medios masivos, o para preservar su empleo, ni que reciban ninguna orden "de arriba" para decir tal o cual cosa, o dejar de decirla. En ese sentido no hay nada que reprochar.

Pero son algo ilusos, ellos, nosotros y la mayor parte de la opinión pública: esos comunicadores están allí porque su pensamiento, sus perspectivas políticas y existenciales son afines a quienes les pagan los sueldos o reparten ganancias o favores en sus emprendimientos como socios. De lo contrario, no estarían más allí y otros tan hábiles, o carismáticos, o capaces como ellos vendrían a sustituirlos.

En todo caso, lo que sí se les podría reprochar es un conflicto de intereses: esos comunicadores no están en condiciones de informar o reflexionar en forma ecuánime sobre muchos y controvertidos temas porque sus socios, o sus empleadores, se sentirían amenazados.

Vamos a volver sobre el punto. Pero para ir haciendo boca, recomiendo el libro En pocas manos. Mapa de la concentración de los medios de comunicación en Uruguay de Gustavo Gómez, Facundo Franco, Fernando Gelves y Nicolás Thevenet.

Les dejo el link para descarga libre y completa del libro:
https://www.observacom.org/wp-content/uploads/2017/12/EnPocasManos_GG%c3%b3mez.pdf

Otra fuentes:

La reacción. Derecha e incorrección política en Uruguay de "Entre" y Ignacio de Boni, Gabriel Delacoste, Lucía Naser, Laura Ojeda, Diego León Pérez, Santiago Pérez Castillo, Habriela Sánchez. Montevideo: Estuario Editora. 2019. Entre es un espacio de cultura y política. Por más información: Entre.uy

The Communication of Ideas, ed. Lyman Bryson, pp. 95-118 de Paul Lazarsfeld y Robert Merton, Nueva York: Harper & Brothers, 1948. La versión española con introducción, notas y selección de textos de Heriberto Muraro, fue publicada por el Centro Editor de América Latina, Nº 52, Buenos Aires, 1978.

VOTANDO A CONCIENCIA NO SE PUEDE PERDER



Pertenecí toda mi vida a otras tradiciones partidarias, en general en saludables y fraternales minorías. El balotaje es otra cosa. Hoy es mucho más fácil elegir, como decía Alejandro Dolina: "hasta yo puedo darme cuenta". Yo voto al ingeniero Martínez y por eso no pretendo ni quiero ningún carnet del FA. Es la ética de la responsabilidad.

En el mundo tienden a enfrentarse dos grupos de visiones diferentes, con matices claro está dentro de cada bando. De un lado la perspectiva de distribuir, tratar de igualar el punto de partida, respetar el empoderamiento de las mujeres y las diferentes identidades de género, dar la mano al caído, a los niños, a los viejos, a los enfermos. En ese bando se trata de educar y curar a todos, reducir privilegios y estar en todas partes del lado de la paz, respetando la soberanía de cada nación.

Del otro lado está la nueva derecha en sus dos sabores: la variante grosera y criminal, de Bolsonaro, Juan Guaidó, Jeanine Añez y Donald Trump, o bien, la variante de la cara amable de los psicópatas estilo Mauricio Macri, Sebastián Piñera, Ivan Duque, Lenin Moreno. En ambas modalidades, ninguno logra explicar por qué si el capitalismo en el mundo es tan eficiente, se invaden países todos los días para asegurarse sus recursos naturales y se cometen los crímenes más horrendos contra poblaciones civiles, en América Latina, en Medio Oriente, en África. O por qué siempre que ellos gobiernan aumentan los pobres, cualquier sector social está más expuesto a ser humillado, se disparan las ejecuciones extrajudiciales y se beneficia una élite privilegiada.

En todo el mundo ambos bandos se enfrentan. En cada país donde se han enfrentado los modelos de sociedad, el candidato de la derecha será más "civilizado" y elegante, o será más obsceno y descarado. Será joven y emotivo como Lacalle Pou y estará respaldado por el ambiguo y oscuro Manini Rios, por ejemplo; o será escritor y documentalista como Carlos Mesa, o se parecerá al empresario golpista, y fundamentalista cristiano, Luis Fernando Camacho, ambos en Bolivia.
En cada país, su oponente progresista será más hábil o lo será menos, tendrá el carisma de un Andrés Manuel López Obrador, la elocuencia de Jean-Luc Melenchon o Pablo Iglesias, será gris y moderado como Scioli, o tendrá la capacidad del trabajo en el largo tiempo de un Evo Morales, que dio vuelta para bien la economía de Bolivia, hecho reconocido por el Banco Mundial, y en un par de días le masacraron decenas de sus seguidores y beneficiarios indígenas de sus políticas. Pero lo esencial que se opone es un esquema de sociedad diferente. El esquema progresista tiene defectos y tuvo fallas cada vez que se aplicó. Pero siempre mejoró la vida de sectores postergados de la población.

En cambio, el esquema de la derecha logró, en el mejor de los casos, aumentar el PBI nacional, pero no la distribución. Ese modelo supuestamente eficiente explota en crisis periódicas financieras y productivas. Los grupos de intereses beneficiarios de ese modelo lo apoyan y blindan con un capítulo de sus negocios llamado "medios de comunicación". Si aún no han ganado el gobierno, esos medios contribuyen a derrocar por la difamación sistemática a los gobiernos progresistas.

¿Dónde ponemos en este esquema a Rusia y China? Todos conocemos el refrán acerca de que hay que mirar lo que alguien hace y no lo que dice de sí mismo. Esas naciones son capitalistas. No debe engañarnos su discurso de apariencia progresista, aunque algunas tradiciones autoritarias de izquierda tiendan a reivindicar esas naciones. Aunque siempre se puede aprender algo bueno de otras culturas y naciones, Rusia y China no pueden constituirse en modelos de referencia dentro del esquema que proponemos para pensar este lado del mundo. Hay  elementos claramente autoritarios en esas naciones y el control de los medios en ellos parece mucho más obvio que por estas latitudes. Sin embargo, por aquí todo es más perverso y, en el fondo, más neototalitario y eficaz: nos creemos sin ataduras. De este lado del mundo creemos que hay libertad de expresión pero no la hay: lo que predomina es la libertad de las empresas que dentro de sus negocios disponen de medios masivos.

Rusia y China, de todos modos, ofrecen la nada desdeñable virtud de compensar y equilibrar el poder de gran escala de los EE.UU, que tiende a apoyar las dictaduras más abominables del planeta: ayer promovía el Chile de Augusto Pinochet y hoy se asocia a la Arabia Saudí que descuartiza a un periodista como Jamal Khashoggi, o comete genocidio con su vecino Yemen. O recurre a Israel que extiende su territorio y avanza en Medio Oriente, aunque lo hace sobre la humillación y la muerte de miles de civiles palestinos. En Venezuela, EE.UU ha financiado atentados que van desde la destrucción de hospitales pediátricos al ataque desde helicópteros sobre edificios gubernamentales, o ha inducido la presión de los bancos para negar la compra de medicamentos, la confiscación de activos en el exterior de políticos del gobierno de Nicolás Maduro y probablemente esté detrás de los sicarios y mercenarios usados para aplicar técnicas como la quema de personas vivas por el pecado de ser o parecer chavistas. Cuando Venezuela se defiende en esta guerra, naturalmente ocurren cosas indeseables, como ocurren en todas las guerras. Pero es muy hipócrita llamar a Venezuela "dictadura" por ser un país que hasta ahora se defiende. Sobre la perversidad de los medios y cómo nos afectan ver nuestro posteo anterior: "El que paga la orquesta elige la partitura".

El modelo de la derecha, en cualquiera de sus variantes, se presenta como el adalidad de la "seguridad" (en una visión simplista de ésta), pero siempre la destruye profundamente: durante la dictadura en el Uruguay no había seguridad ninguna porque los usurpadores estaban en el poder, se violaba con impunidad en cuarteles y comisarías, y muchos empresarios se beneficiaban de ese sistema de robo y despojo autoritario. En el mundo, la reducción de homicidios está vinculada no a la mera reducción de la pobreza, o al tamaño del PBI, sino a la menor desigualdad (sea medida por el índice de Gini u otro indicador). Todos los asuntos sociales y de salud, como las adicciones, el embarazo adolescente, la movilidad social, la esperanza de vida, mejoran en países como Suecia, Noruega o Japón. Y empeoran en Colombia, Brasil y EE.UU.


Hay mil cosas que no me gustaron del FA y conductas puntuales rechazables de plano. Pero este domingo no quiero estar del lado de la mentira de la "meritocracia" que omite siempre el escándalo del desigual punto de partida. No quiero estar del lado de los que piensan perseguir criminales de abajo que es más fácil, pero no a los criminales de guante blanco que les dan las armas, las drogas y el apoyo logístico de financieras y estudios jurídicos. Por cada boca de droga que se destruye nacen diez, o más. Hay una demanda atrás, y un sistema eficaz que la sostiene. Colombia no puede con ese sistema, aunque asesina dirigentes campesinos y ex guerrilleros que dejaron las armas, todos los dias. EE.UU no puede con ese sistema, porque es el corazón de la demanda mundial de droga. En algún sentido, EE.UU usa la prohibición de las drogas para control geopolitico. Pero eso es otra historia.

Este domingo no quiero estar del lado de los que no saben explicar por qué si el mercado es tan eficiente como en tal o cual país, cómo es que esos países "exitosos" salen a matar y robar a otros, en Irak, en Afganistán, en Libia y ahora, en América Latina. No quiero estar al lado de neonazis, racistas, homófobos, escuadrones de la muerte, ni negacionistas del Holocausto judìo, o negacionistas del Holocausto palestino. Aunque se presenten con cara elegante y estribillos pegadizos. No quiero estar al lado de aquellos que ignoran, o no les importa, que los de ese modelo siempre van a la guerra. Y que luego, cuando la gente huye de la tragedia de la guerra en sus países de origen, olvidan que EE.UU la encarcela en jaulas o separa de sus niños y la civilizada Europa los deja morir en el mar.

No es un problema de personas, de sus errores y aciertos individuales, es un problema de cosmovisiones y prácticas sociales. Quiero estar del lado del Plan Ceibal, de los miles que fueron operados de la vista, del cambio de la matriz energética, del sistema de salud y el sistema de cuidados, de las jubilaciones y pensiones seguras y cada vez más dignas, de la reducción extraordinaria de la pobreza y de enfrentar el desafío de la marginalidad (que es más profundo que "sáquenlos de mi vista, no los quiero ver, no me importa qué hagan con ellos"). Quiero estar del lado de los que crearon 300.000 puestos de trabajo aunque se perdieron, con dolor, 50.000. ¿O la coalición multicolor piensa derogar la plusvalía?




En 1980, recuerdo al doctor Enrique Tarigo diciéndole en una infrecuente polémica de la TV al Coronel Bolentini, que es un error viejo como el mundo querer poner en una gran norma legal disposiciones que aspiran a evitar para siempre la subversión o anular mágicamente con sus enunciados juridicos la realidad del supuesto terrorismo. Hoy se habla con conceptos simplificados, de la "inseguridad", como ayer se hablaba de la "subversión" como el gran mal. Es una ingenuidad enfrentar esos males con una mayor punitividad y represión. No solo no se resuelven, como lo muestra la experiencia en el mundo y una gran bibliografía académica, todo se agrava y se llevan puestas muchas vidas inocentes al querer aplicar la letra de leyes autoritarias: se degrada la democracia.

"Yo tengo muy buenos amigos", decía Enrique Tarigo en 1980 al militar con el cual discutía y al abogado Viana Reyes, partidarios del gobierno dictatorial y de su proyecto de reforma constitucional, "pero a ninguno de esos buenos amigos yo les daría un cheque en blanco" (cito de memoria esas palabras). También yo tengo muy buenos amigos en la coalición multicolor, amigos de verdad, colorados, blancos e independientes. Y respeto muchisimo a personas conocidas o allegadas y vinculadas a Cabildo Abierto. Pero jamás les daría, ni a mis amigos, ni a quienes mis amigos apoyan, el cheque en blanco de una ley de emergencia de texto insinuado pero desconocido.

Y mucho menos, jamás les regalaría el cheque en blanco que puede conducir a la lesión o muerte de inocentes y la pérdida republicana que significan las cuatro propuestas inconstitucionales, puestas a texto expreso en el "Compromiso por el pais" . En la página 8, en la última línea, con la excusa de combatir la corrupción:

* El “enriquecimiento ilícito”, que invierte la carga de la prueba y viola la presunción de inocencia.

* La figura del “arrepentido” que en la práctica ha llevado a calumniar inocentes para eludir la prisión.

* La “extinción de dominio“, que se apropia de bienes del acusado antes de concluir el proceso penal.

Tampoco les daría a mis amigos, y mucho menos a quienes mis amigos apoyan, este otro cheque en blanco en la página 20:

* El gatillo fácil y la exoneración de responsabilidades penales para las "fuerzas del orden": “Introducir la presunción simple de legítima defensa a favor de los funcionarios policiales, cuerpo de Prefectura Nacional Naval y Policía Aérea, y personal militar”. Esa frase es similar al decreto de Jeanine Añez en Bolivia y a la "doctrina Chocobar" de Macri, que llevó a matar por la espalda a jóvenes inocentes.

Hay que ver mucho más lejos y arriba, que la disputa entre el ingeniero Martínez y el joven Lacalle Pou. Con la atención puesta en el mundo se da mayor contexto a la decisión. Al votar con esa conciencia nunca se puede perder.






lunes, 21 de octubre de 2019

LA REFORMA NO ES LA FORMA, NI EL CONTENIDO


El hogar es un sagrado inviolable. La reforma lo avasalla. Por eso está bueno prevenir, como sugiere el dibujo de la metralleta de pinceles y plantas. 

Pero en lo inmediato, la droga se combate empezando por averiguar su trazabilidad: de dónde viene y quiénes facilitan las armas para defender ese negocio.

Uno. De dónde viene la droga

Si no querés que se venda droga en una casa de familia explora la trazabilidad de por dónde viene, hacia dónde va y qué deja por acá.

Por ejemplo, el cargamento de cocaína en Alemania lo puso el hijo de una familia tradicional de bodegueros (1). Los impulsores de la reforma podrían averiguar algo más con gente como él. Pero si la reforma se aprueba nunca van a tocar a ese sector social. Con esos hogares no se van a meter.


¿De dónde viene la droga que venden las bocas? Si no investigas eso y preferís poner en riesgo todos los hogares, es raro ¿no?

Estudios jurídicos de prestigio le dibujan las inversiones a los narcos. Pero, los impulsores de la reforma nunca se molestarán en averiguar los estudios y los profesionales aludidos en los Panama Paper's

El banco HSBC, que tiene sucursales en Uruguay, fue denunciado por cubrir actividades ilícitas y pagó las multas correspondientes, según detalla un episodio de la serie documental Dirty Money de Netflix. 

Pero los impulsores de la reforma no ven documentales ni leen formidables libros sobre el tema como Narcos en el Uruguay de Antonio Ladra.

Dos. De dónde vienen las armas

Si no querés que prosperen las bocas y las bandas de narcos, debes averiguar de dónde provienen las armas que portan ilegalmente. Muchos policías han sido procesados por tráfico de armas (2). Ha habido varios ataques a cuarteles para robar armas (3). Hay policías que ingresan armas a las cárceles (4).


Hasta el diario El Pais informa con varias notas que allì hay un problema: se trafican armas al Brasil y personal policial suele estar involucrado en ello (5). 

¿Dónde están los delincuentes que ensucian el uniforme? El Ministerio del Interior suele sumariar decenas (6), pero los que impulsan la reforma "Vivir sin miedo" suelen atacar al titular de esa cartera. 

¿De qué lado están?

¿No sería más razonable investigar primero a los policías y militares corruptos, a algunos de los grandes bancos internacionales y a algunos de los prestigiosos estudios jurídicos del Uruguay?

Y habría que hacerlo antes de que una bota militar pise hogares de los uruguayos, donde van a pagar los justos y no van a aparecer los verdaderos pecadores que arman todo el sistema.




Referencias:








 

NO TE HAGAS EL GUAPO CON LOS MÁS CHICOS



Algunos uruguayos han decidido apoyar una reforma que va a meter en cualquier hogar sospechoso la violencia para la cual el militar fue entrenado. Y por cada boca de droga que se cierre van a pagar muchos inocentes.

Ellos creen que es más fácil hacer eso que enfrentar a los bancos que han lavado dinero de los narcos o a los estudios jurìdicos que les dibujan las inversiones o a los policías que les facilitan las armas al crimen organizado.

¿Por qué no hablan de "mano dura" con ellos?

Con los grandes no se meten. Se hacen los guapos con los más chicos.

Si querés combatir a los narcos y a otros delitos, cortáles la canilla, averigua la trazabilidad de las drogas y las armas. Y celebrá cuando se sumarian y apartan policías corruptos.

Las cifras de la violencia contra los niños son un buen predictor de qué tipo de personas creen que con "la mano dura" se resuelven los problemas.

Yo también quiero "mano dura", pero con los bancos y los estudios jurídicos que dicen ignorar qué hacen sus clientes. Yo también quiero "mano dura", pero con aquellos funcionarios que ensucian su uniforme facilitando armas a los delincuentes fuera y dentro de las cárceles.

Con los pobres y con los niños no te hagas el guapo.






¿VIVIR SIN MIEDO?, QUIZÁS; ¿SIN PELIGROS?, IMPOSIBLE

El Uruguay ya es mucho más represivo y de "mano dura" de lo que estamos dispuestos a admitir. Por eso comparto a continuación uno de los mejores textos que se han escrito en contra de la Reforma "Vivir sin miedo". Pertenece a Gabriel Pereyra. Ver el artículo completo:

El sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman (1925-2017) escribió en su obra Miedo líquido: “El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza a la que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible de ver en ningún lugar concreto. Miedo es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que hay que hacer —a lo que puede y no puede hacerse— para detenerla en seco, o para combatirla, si pararla es algo que está ya más allá de nuestro alcance”.

Miedo es a lo que apela la campaña de reforma constitucional lanzada por el senador blanco Jorge Larrañaga para modificar aspectos vinculados a la seguridad pública y que, si bien la rechaza buena parte de los candidatos presidenciales, tiene alto apoyo ciudadano, si creemos lo que dicen las encuestas.

La propuesta es una desprolijidad jurídica, una suma de cosas que ya existen y, lo peor, una señal de que estamos dispuestos a echar mano a cualquier medida para, presuntamente, “vivir sin miedo”, aunque termine siendo una señal de debilidad ante la delincuencia.
Antes de repasar algunas normas que propone la reforma: abundan los penalistas y constitucionalistas que desaconsejan aplicar la política criminal por la vía de legislar a través de la Constitución.

¿Allanamiento nocturno? Hoy se puede allanar de noche todo local, salvo el hogar. Es una protección constitucional por si hoy o mañana llega al poder una fuerza autoritaria que hace uso y abuso del irrumpir en ese “sagrado inviolable” que es el hogar. Sería una señal más de que la delincuencia nos hace ceder derechos en aras de una supuesta mayor seguridad.

La reforma estipula la prisión permanente revisable. La cadena perpetua. El Código Penal fija la máxima pena en 30 años más 15 de seguridad. ¡Cuarenta y cinco años! Lo que ocurre aquí es que los jueces aplican esta norma en casos muy excepcionales. O sea, como los jueces no penan a ciertos delincuentes con la severidad que los impulsores de la reforma quieren, entonces, cambiemos la Carta Magna. Vamos a toquetear la Constitución para incorporar una medida que nada indica que los jueces la vayan aplicar.

¿Crear una guardia nacional integrada por militares? Ya existe y se llama Guardia Republicana. ¿Por qué razón crear una nueva repartición que los militares seguramente asumirán con poca emoción ya que nunca les gustó ser “reducidos” a policías? Además, nos encanta crear nuevas oficinas públicas mientras gritamos “¡achiquen el Estado!”.

Si todas estas medidas se aplicaran ¿realmente alguien piensa que a quien hoy vive con miedo se le iría el temor? Les tiro algunos datos que pueden ayudar a ordenar los miedos: si tememos a la muerte violenta a manos de otros, habrá que pedirle a la nueva fuerza policial que vigile, no a los extraños, sean estos rapiñeros o no, sino a nuestros familiares, amigos y conocidos porque, según la estadística, entre estos estarán los responsables si es que morimos en un homicidio. Si vamos a tener miedo a una muerte violenta, los rapiñeros son 10 veces menos peligrosos que los autos y motos en los que circulamos nosotros y nuestras familias.

En materia de muertes violentas, no sé qué podrán hacer las fuerzas de elite y las penas enormes ante la imagen que cada mañana vemos ante el espejo: somos nuestro peor enemigo, con alrededor de 750 suicidios al año. Miedo. Miedo a que nuestros hijos no regresen por la noche, miedo al dolor, a la enfermedad, al hambre, a la pobreza, miedo a esos padres que te rompen los brazos a pesar de que sos un nenito, miedo a tu marido que te muele a golpes cada noche, miedo a la oscuridad, a las alturas, a nuestros fantasmas internos.

¿Quieren vivir sin miedos? Quizás lo logren, lo que no lograrán es aventar el peligro. Escribió Bauman: “Nuestra certeza busca y centra nuestros intentos de ser precavidos en los peligros visibles, conocidos y cercanos que pueden preverse y cuya probabilidad puede ser computada, aun cuando los peligros que resultan, con mucho, más imponentes y temibles son precisamente aquellos que son imposibles o terriblemente difíciles de predecir: es decir, los imprevistos y, con toda probabilidad, impredecibles”.

Fuente: "¿Vivir sin miedo?, quizás; ¿sin peligros?, imposible" de Gabriel Pereyra, en BÚSQUEDA Nº2042 - 17 al 23 de Octubre de 2019. http://www.busqueda.com.uy/…/vivir-sin-miedo-quizas-sin-pel…


lunes, 30 de septiembre de 2019

SE HA PERDIDO AQUELLO





Maestro: entre el Uruguay descascarado y la grúa de la esperanza, usted expresó lo mejor de nosotros. Una disciplina, un espíritu de grupo contagió a todos, una energía contra todos los miedos. Bastaba cruzarse ante cualquiera con una bufanda celeste u otra seña similar, para sonreir enseguida entre desconocidos.

Maestro, se ha perdido aquello. Van a hacer 10 años del Mundial de Sudáfrica. ¿Y se acuerda de la gloriosa Copa América que vino al ratito?

Hoy existe una grieta que no viene de arriba. Viene de un costado, de gente poderosa que perdura siempre más allá de los gobiernos. Una grieta que viene de los que odian a los pobres. De los que han logrado que incluso los pobres se odien entre sí.

De los medios grandes que hablan de todo, menos de sí mismos. De los que disponen de espacios para repetir mil veces las mismas mentiras.

De los que hablan de la "bonanza" desaprovechada. No hubo "bonanza". Se evitó con prudencia el tsunami financiero. La fiesta se terminó en el mundo desde el 2008 y partió aguas. Alcanza con mirar la CNN para enterarse. Y después firman compromisos contra las fake news....

Pero usted no tiene nada que ver con eso Maestro. Las grúas de la construcción siguen. Pero si los señores del odio, el odio elegante de los grandes medios, el odio grosero de los trols en las redes... Si ese odio llega a perder, le juro Maestro que voy a gritar el gol igual que usted, como si estuviese llorando.

sábado, 31 de agosto de 2019

LA FLECHA Y LA BICICLETA





El corazón puede ser lúcido también. No se anda por ahí, al azar. Tus pies te guían, no solo es cuestión de cabeza. Hay que poner el cuerpo entero. Y una parte de la felicidad siempre es un poco a contramano. Esa flecha pulcra sobre la cabeza pueden ser los medios. Enterate qué querrían de ti pero no les hagas caso. Son también una opinión.

(Agosto de 2019, en mi barrio, volviendo de la FIC)

Nota: "¡No, no voy por ahí, voy por donde me llevan mis propios pasos!" dice el texto de José Régio junto al colorido mural de Fulviet 78 RootStudio de la niña en bicicleta

miércoles, 31 de julio de 2019

LA DICTADURA SON LOS MEDIOS






Según un artículo publicado hace pocos meses en la edición digital de Ámbito, "Venezuela y Argentina lideran ranking mundial de miseria en abril 2019". La misma fuente agrega que "la revista Forbes publicó días atrás el indicador elaborado por el economista y profesor Steve Hanke que muestra el deterioro de 2018".

Algunos comentarios de ese texto no resisten el menor análisis. Por ejemplo, cuando se omite toda referencia a las ya conocidas declaraciones de Elliot Abrams y Mike Pompeo: ellos admiten que la "crisis" de Venezuela es resultado de los sostenidos esfuerzos de EE.UU por cerrar todos los caminos de convivencia pacífica y desarrollo económico social.

Pero conviene establecer, dejando de lado eso, algunas diferencias profundas entre la situación de Argentina y la de Venezuela.

Las diferencias más profundas surgen de que a Venezuela le declararon la guerra hace rato, desde los EE.UU con base en Colombia. La minoría opositora que es violenta (porque la otra participó en las elecciones) ataca edificios gubernamentales con helicópteros, quema vivos a los chavistas, hace estallar bombas en hospitales con dispositivos pediátricos, se atenta contra la infraestructura eléctrica, los bancos rechazan las órdenes de compras de medicamentos y por si fuera poco la señora Bachelet saca la foto de un solo lado de esa guerra.


Guaidó, Capriles y Leopoldo López no durarían un minuto libres o vivos en cualquier país del mundo: han cometido crímenes y/o han sido apólogos de crímenes que los autoexcluiría en cualquier parte del mundo de las vías pacíficas de la política.

En Argentina es muy diferente: hay auténticos presos políticos, blindaje mediático y poder judicial corrupto. Mientras tanto preparan el fraude electrónico de las próximas elecciones, después de que en 2015 Cambridge Analityca y FB les diera una buena mano con las fake news.

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra, sin más vueltas.

En el Uruguay, si Astori, Mieres o Martínez dicen lo contrario, o  Talvi, Sanguinetti y el Partido Nacional sin excepciones, se tragan la versión de los medios pro estadounidenses, eso significa que son gente con una precariedad informativa indigna de sus responsabilidades. Pero a estas alturas ya no extraña.

La cuestión no es si "Venezuela es una dictadura". Ese es un planteo propio o bien de gente desnutrida informativamente, o bien de negacionistas perversos de la guerra en varios niveles que se infringe a esa nación latinoamericana.

Una pregunta más interesante sería si los EE.UU incurren o no en una política exterior temeraria.

O bien, si los malos criollos que colaboran, como los actuales gobiernos que integran el Grupo de Lima son o no cipayos un poco obvios. 

Pero la más inquietante podría ser esta: ¿los medios masivos y sus repetidores en las redes no constituyen el gran laboratorio de una dictadura mundial?

Para responder esas y otras inquietudes compartimos la desmentida del Informe  de Bachelet por parte de un familiar del ex presidente Salvador Allende y de Pasqualina Curcio. 

Y no es cosa de radicales o conspiracionistas afirmar que la dictadura no es la de Venezuela sino algo que tejen los medios tradicionales y las redes sociales como Facebook o empresas como Cambridge Analytica. 

Cualquier persona centrada y sensata que lea, mire un poco y piense, podrá considerarlo seriamente si presta atención a documentales como Nada es privado de Karim Amer y Jehane Noujaim. 

Por eso incluimos un breve comentario y un trailer de Nada es privado al fin de esta actualización de Filosofismas, junto a una imprescindible charla TED de una periodista de investigación brillante que participó en ese documental: Carole Cadwalladr.






 

CONSIGNE LAS PRUEBAS, SEÑORA BACHELET
Pasqualina Curcio

 

Se ha convertido en práctica habitual la politización e instrumentalización de los derechos humanos como excusa, por parte de EEUU, para invadir territorios y violentar soberanías. Mientras tanto, el Sistema de Naciones Unidas, con discursos ambiguos, sin fijar posición y exigir el respeto de la norma internacional ha sido complaciente al poderío imperial y a los intereses de los grandes capitales. Se ha prestado a la política de la guerra. De manera vergonzosa e ignominiosa se ha sumado a la mentira y a la manipulación. Ha sido cómplice.

La humanidad sigue esperando las pruebas de las armas de destrucción masiva en Irak, mentira que sirvió para justificar la invasión a ese país por parte de EEUU en 2003 ocasionando la muerte de más de un millón de personas.

Como humanidad también seguimos esperando las pruebas de las afirmaciones realizadas por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navy Pally, quien el 25 de febrero de 2011 presentó un informe que abrió las puertas para la invasión militar en Libia con la excusa de una intervención humanitaria.

De manera irresponsable la Alta Comisionada Pally dijo: “Aunque los informes aún son irregulares y difíciles de verificar, una cosa es dolorosamente clara: en el descaro y la continua violación del derecho internacional, la represión en Libia de las manifestaciones pacíficas se está intensificando alarmantemente con los asesinatos masivos, los arrestos arbitrarios, la detención y la tortura de los manifestantes. Según algunas fuentes, miles pueden [sic] haber sido asesinados o heridos (…) Según varios informes, los combatientes extranjeros también cometieron asesinatos que, según informes, continúan siendo llevados al país y equipados con armas pequeñas y ligeras por parte del gobierno para reprimir las protestas.”[1]

Sin pruebas en mano, por el contrario consciente de la no verificación e irregularidad de la información, las palabras de Navy Pally dieron pie a la Resolución A/HRC/RES/S-15/1 de fecha 03 de marzo de 2011, en la que se establece: “El Consejo de Derechos Humanos expresa profunda preocupación por la situación en la Jamahiriya Árabe Libia, y condena enérgicamente las recientes violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos cometidas en ese país, incluidos los ataques armados indiscriminados contra civiles, las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias y la detención y tortura de manifestantes pacíficos, que en algunos casos pueden constituir también crímenes de lesa humanidad”[2]

Nos preguntamos: ¿en qué momento verificaron los informes? ¿Efectivamente fueron miles los asesinados y heridos? ¿Cuántos exactamente? ¿Verificaron las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias y los casos de torturas? ¿Dónde están las pruebas de tan grave acusación que derivó en una guerra que aún persiste y que tiene hecha pedazos a Libia?

Resolvieron además en el Consejo de Derechos Humanos, violentando la soberanía de Libia: “Enviar, con urgencia, una comisión de investigación internacional independiente, que será nombrada por el Presidente del Consejo, encargado de investigar todas las presuntas violaciones de las normas internacionales de derechos humanos en la Jamahiriya Árabe Libia.”[3]

Las palabras de Pally y la Resolución A/HRC/RES/S-15/1 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU dieron paso a la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU de marzo de 2011 mediante la cual declararon una zona  de exclusión aérea en Libia y con ella la invasión militar por parte de la OTAN. Mientras tanto, a lo interno del país africano, un gobierno paralelo, denominado Consejo Nacional de Transición fue instaurado por parte de los factores políticos opositores al entonces presidente Gadafi.

La Alta Comisionada Michelle Bachelet, al mismo estilo que su antecesora Navy Pally, acaba de presentar el informe sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela. Repleto de imprecisiones, de información no verificada, ni verificable, de errores, omisiones y falsedades, el informe en cuestión adolece de la rigurosidad y la seriedad que exige la presentación de este tipo de documentos cuyas implicaciones coloca en riesgo la paz, no solo de Venezuela, sino de la América entera.

No ocuparemos estas líneas en resaltar la parcialidad del informe presentado por Bachelet al referir información proveniente solo de los factores políticos de oposición obviando datos oficiales y los informes de organizaciones como por ejemplo Fundalatin. Sobre este tema hay mucha tinta derramada. Mucho menos mostraremos la falta de rigurosidad metodológica en el levantamiento, procesamiento y análisis de la información. Sobre esto también se ha escrito.

Tampoco nos centraremos en sistematizar las contradicciones en las que incurre la Alta Comisionada al afirmar que en Venezuela no se garantizan los derechos humanos mientras que el propio Consejo de Derechos Humanos aprobó el Examen Periódico Universal presentado por el país y mientras la misma Naciones Unidas a través del PNUD acaba de calificar a Venezuela con un índice de desarrollo humano alto.

No confesaremos nuestra decepción por el hecho de que Bachelet no expresó su rechazo contundente a las amenazas de intervención militar por parte de EEUU, o porque no instó al cese inmediato del bloqueo económico, financiero y comercial contra el pueblo venezolano, o porque no reprochó los llamados al odio y a la violencia por parte de los factores políticos de la oposición que derivaron en acciones fascistas al punto de quemar vivos a seres humanos.

Mucho menos expresaremos nuestro asombro porque no repudió el intento de magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro en agosto de 2018, ni el del golpe de Estado en abril de 2019, o el intento de invasión en la frontera con Colombia el 23 de febrero de este año, o el intento de usurpación del cargo de Presidente de la República por parte del autoproclamado Juan Guaidó y sus intenciones de conformar un gobierno paralelo, o porque no se refirió al sabotaje al sistema eléctrico que dejó sin el servicio a todo el pueblo venezolano. Quizás son eventos tan obvios y notorios que consideró no incluirlos en el informe.

Ni siquiera mencionaremos nuestra sorpresa por el hecho de que la Alta Comisionada no haya citado el informe del Dr. Alfred De Zayas, relator independiente de naciones Unidas para un orden democrático y equitativo, quien luego de visitar Venezuela en 2017 presentó un informe en el que de manera detallada plantea la necesidad de reconocer la guerra económica, las medidas coercitivas unilaterales y el ataque a la moneda, como las causas determinantes de lo que, en lo económico y social, ocurre en el país.

Nos detendremos si, en exigir a la Alta Comisionada la presentación de las pruebas y precisiones de todas y cada una de las graves acusaciones que hace en su informe. Pruebas que, por respeto, nos merecemos los venezolanos y la humanidad entera.

Concluye Bachelet que “…existen motivos razonables para creer que se han cometido graves violaciones de los derechos económicos y sociales, incluidos los derechos a la alimentación y la salud, en Venezuela. El Gobierno se negó a reconocer la magnitud de la crisis hasta hace poco y no adoptó las medidas apropiadas. Conforme se agudizaba la crisis económica, las autoridades empezaron a utilizar los programas sociales de forma discriminatoria, por motivos políticos, y como instrumento de control social.”

Le pediríamos que especifique cuáles son esos “motivos razonables” que la llevan a “creer” que se violan los derechos económico y sociales. ¿Con qué pruebas sustenta la afirmación que no se adoptaron medidas apropiadas? ¿Y cómo prueba que la supuesta discriminación en el otorgamiento de los programas sociales? Por ejemplo, cómo explica que se está discriminando por razones políticas la entrega de la Caja de alimentos CLAP y que solo se le entrega a seguidores del gobierno ¿quiere decir entonces que las 6 millones de familias que reciben la caja son chavistas?

¿O insinúa Bachelet que las 18 millones de personas carnetizadas en la Plataforma Patria también son todas chavistas y por ende el 100% de adultos mayores que reciben su pensión a través de dicho sistema también comulgan con la revolución bolivariana, así como los 6 millones de familias que reciben el bono “hogares de la Patria” y las 700.000 embarazadas que reciben el bono de parto humanizado y lactancia materna[4]?  Recordamos que en Venezuela somos 30 millones de personas.

Concluyó también en su informe que “Durante más de un decenio, Venezuela ha adoptado e implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial.”

¿Dónde están las pruebas de tan delicada acusación? Es importante que especifique a cuáles leyes y políticas se refiere y que demuestre cómo se ha restringido el espacio democrático en un país en el que se han realizado 7 elecciones desde el 2013 con la participación de todos los factores políticos y el reconocimiento del triunfo de la oposición por parte del gobierno.

Es importante que explique por qué afirma que se ha restringido el espacio democrático en un país en el que según su propio informe las manifestaciones contra el Gobierno aumentaron en número e intensidad a partir de 2014: “se produjeron 9787 manifestaciones en 2017, 12715 en 2018 y 9715 entre el 1 de enero y 31 de mayo de 2019”.

O es que la Alta Comisionada se refiere a las prácticas de los factores de la oposición que se han caracterizado por ser cada vez menos democráticos, por ejemplo el intento de golpe de Estado del 30 de abril de 2019, o el llamado a la abstención electoral en los comicios presidenciales del 20 de mayo de 2018, o el intento de magnicidio recientemente abortado por los cuerpos de seguridad de Estado?

Si es a esta actitud antidemocrática de la oposición a la que usted se refiere, merece la pena que lo especifique en su informe.

Continúa afirmando Bachelet: “Todo ello ha permitido al Gobierno cometer numerosas violaciones de los derechos humanos. Miles de personas, principalmente hombres jóvenes, han sido matadas en supuestos enfrentamientos con fuerzas estatales en los últimos años. Existen motivos razonables para creer que muchas de esas muertes constituyen ejecuciones extrajudiciales perpetradas por las fuerzas de seguridad, en particular las FAES. Estas violaciones requieren más investigación para determinar la pertinente responsabilidad del Estado y la responsabilidad penal individual.”

Muchas preguntas surgen al respecto, especialmente cuando se acusa al Gobierno de cometer “numerosas” violaciones de los derechos humanos. Las precisiones son indispensables en este apartado, así como los elementos probatorios.

La Alta Comisionada afirma que las autoridades han atacado a determinadas personas, que son miles las que han sido matadas en enfrentamientos con fuerzas estatales y que estas muertes son ejecuciones extrajudiciales. Presente las pruebas Señora Bachelet. Consigne la lista con los nombre de las miles de personas que han sido “matadas” por fuerzas estatales. Se trata de acusaciones muy delicadas que no deberían plantearse en términos imprecisos en un informe de este nivel.
Pero además, nos surge la duda de por qué emite un juicio a priori y acusa al gobierno cuando simultáneamente reconoce que se requieren investigaciones para determinar las responsabilidades.

Luce contradictorio, y por lo tanto irresponsable.

Afirma Bachelet que: “El desvío de recursos, la corrupción y la falta de mantenimiento en la infraestructura pública, así como la subinversión, han tenido como resultado violaciones al derecho a un nivel adecuado de vida, entre otros, debido al deterioro de servicios básicos como el transporte público y el acceso a electricidad, agua y gas natural”.

Consigne las pruebas, señora Bachelet, de que el desvío de los recursos, la corrupción y la falta de mantenimiento son las causas de la violación del derecho a un nivel adecuado de vida. No estamos negando en lo absoluto que haya corrupción en Venezuela, pero demuestre usted que es ésta y no la guerra económica, el ataque en más de 9 mil millones por ciento de la moneda desde 2013, el bloqueo financiero, y el sabotaje a los servicios públicos lo que explica su “deterioro”.

Dijo Bachelet que: “ha aumentado la mortalidad materna evitable, con un estimado 20 por ciento de los fallecimientos maternos aparentemente relacionados con abortos realizados en condiciones no seguras”. También dijo que: “La Encuesta Nacional de Hospitales (2019) constató que, entre noviembre 2018 y febrero 2019, 1.557 personas murieron debido a la falta de insumos en hospitales” y que las: “Violaciones al derecho a la salud son resultado del incumplimiento del Gobierno de sus obligaciones fundamentales, las cuales son irrenunciables, aún por motivos económicos. Las violaciones de las obligaciones fundamentales estuvieron vinculadas a una falta generalizada de disponibilidad de y acceso a fármacos y tratamientos esenciales, al deterioro de las condiciones en hospitales, clínicas y maternidades.”

Es importante que la Alta Comisionada demuestre lo dicho porque según la información que le fue suministrada por el gobierno, la mortalidad materna disminuyó 13,76 puntos entre 2016 y 2018. Por otra parte es necesario que presente las pruebas de las 1557 personas que murieron en los hospitales por falta de insumos. Como médica debe saber que las muertes no se estiman mediante encuestas, son hechos. Adicionalmente, aproveche y demuestre que la causa de la falta y disponibilidad de fármacos es debida al incumplimiento del gobierno y no al bloqueo financiero y embargo comercial que han dificultado la importación de medicamentos y material médico quirúrgico, así como insumos para su producción.

Insiste la Alta Comisionada en afirmar que: “El número de personas que se han visto obligadas a dejar Venezuela ha aumentado dramáticamente desde 2018, alcanzando más de 4 millones para el 6 de junio de 2019. Colombia acoge la mayor cantidad de personas, seguida por Perú, Chile, la Argentina, Ecuador y el Brasil.”

Señora Bachelet, demuestre que son más de 4 millones las personas que han dejado Venezuela. Le adelantamos que le será difícil si es que no quiere entrar en contradicción con las propias cifras de Naciones Unidas las cuales indican que en Colombia, Perú, Chile, Argentina y Brasil la tasa neta de migración es negativa, es decir, que en esos países son más las personas que han salido de las que han entrado. Por lo tanto, si de Venezuela se han ido más de 4 millones de personas hacia esos países, significa que de allí han salido muchas más de 4 millones. ¿Demuestre dónde están entonces esos supuestos más de 4 millones de venezolanos?
Por la paz de Venezuela y la de América, por respeto a la humanidad entera conviene una actitud seria y responsable. Conviene decir la verdad.

En espera de la consignación de las pruebas.

Atentamente.

[1] https://newsarchive.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=10760&LangID=E
[2] https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G11/115/27/PDF/G1111527.pdf?OpenElement
[3] https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G11/115/27/PDF/G1111527.pdf?OpenElement
[4] http://vtv.gob.ve/dos-anos-primera-jornada-carnet-patria/

Fuente: Red Angostura



CÓMO SE HACKEAN LAS DEMOCRACIAS

Dos simplificaciones recorren el mundo de la comunicación: la teoría de la aguja hipodérmica y la de que el ciudadano es adulto y elige con libertad cuando la oferta informativa es variada y de calidad.
La aguja hipodérmica es vieja y boba: la apropiación de un mismo mensaje es diferente según cada público. Nada es tan lineal. 


Pero más bobalicona y peligrosa es la otra. No hay democracia, ni elecciones libres, cuando usando datos privados se presiona sobre grupos vulnerables del electorado con golpes bajos como los que documenta con rigor Nada es privado, el film de Karim Amer y Jehane Noujaim. 

La moraleja espanta por lo sencilla: no hay que presionar con agujas hipodérmicas sobre poblaciones enteras. Alcanza con identificar a los "persuadibles". En EE.UU 70.000 personas definieron las elecciones.

Un profesor reclama con recursos jurídicos que le devuelvan sus datos personales, una mujer que trabajó para Obama, Trump y el Brexit se da vuelta y le complica las cosas a FB y Cambridge Analityca, un nerd pelirrojo y despechado con esa empresa formula declaraciones comprometedoras, entre otros individuos de carne y hueso a los que apela el documental.

La brillante periodista de investigación Carole Cadwallard muestra cómo siguió el hilo de las maniobras globales más aberrantes contra las democracias, que provocaron un genocidio en Birmania, la llegada de otro psicópata a la Casa Blanca (apenas más bocón que los habituales) y entre muchos otros chiches, que Macri desplazara con malas artes a Scioli en el 2015.

Agradezco a mi amigo Gustavo Adolfo Carbonell la recomendación de esa joyita, que ya vi dos veces y después de este posteo, veré tres, para tomar nota de algunas cifras y nombres.







EL PAPEL DE FACEBOOK EN EL BREXIT Y LA AMENAZA A LA DEMOCRACIA
Carole Cadwalladr

Consigno aquí la presentación del portal TED:

"En una charla imprescindible, la periodista Carole Cadwalladr investiga uno de los eventos más desconcertantes de los últimos tiempos: la extraordinaria votación de 2016 para abandonar la Unión Europea. Rastreando los resultados de un aluvión de anuncios engañosos de FB dirigidos a votantes vulnerables del Brexit -y vincular a los mismos actores y tácticas de la elección presidencial de Estados Unidos de 2016- Cadwalladr desafía a "los dioses de Silicon Valley" por estar de parte del lado equivocado de la historia y pregunta: ¿las elecciones libres y justas son cosa del pasado?"